Síntomas de la enfermedad ocular tiroidea
Las
alteraciones del ojo tiroideo, que aparecen en pacientes con
hipertiroidismo debido a la Enfermedad de Graves, normalmente
progresan de forma lenta por lo que los síntomas van apareciendo
poco a poco y solo cuando se presentan los ojos saltones, la señal
más característica de esta condición, es que los pacientes
detectan que existe un problema. Habitualmente cuando la enfermedad
ocular tiroidea se manifiesta, el hipertiroidismo ya está avanzado.
Los síntomas de las alteraciones del ojo tiroideo más comunes son:
- Entumecimiento del párpado, una de las señales más precoces.
- Irritación ocular.
- Síndrome del ojo seco, muy común en pacientes con esta condición. Aunque sus causas son variadas, si la sequedad aparece de forma repentina junto con otras señales del hipertiroidismo, conviene acudir a un especialista.
- Glóbulos oculares sobresalidos u ojos saltones, característicos de las alteraciones visuales en pacientes con hipertiroidismo.
- Dolor en los ojos.
- Visión doble o diplopía, se manifiesta cuando los músculos que mueven el ojo se hacen más gruesos debido a la enfermedad.
El
grado en el que pueden presentarse los ojos saltones es variable y
puede afectar a uno o ambos ojos. En casos severos la córnea puede
ulcerarse y el nervio óptico dañarse, ocasionando pérdida de
visión permanente, razón por la que ante las primeras señales de
alerta es fundamental acudir a un oftalmólogo o a nuestro médico de
cabecera.
En
casos severos, la córnea puede ulcerarse y el nervio óptico puede
dañarse con resultado de pérdida de visión permanente.
Tratamiento de la enfermedad ocular tiroidea
Cuando
se sospecha que la glándula tiroidea es demasiado activa, un
endocrinólogo debe evaluarse su funcionalismo y decidir la
estrategia terapéutica más adecuada. Al momento de tratar la
enfermedad ocular tiroidea es importante una profunda evaluación
para determinar si la condición se encuentra en una fase activa,
momento en el que se requiere un tratamiento cuidadoso que busque
preservar la visión, proteger al ojo de la sequedad y estabilizar
los síntomas, o si la misma está en una fase inactiva, período en
el que se pueden corregir las alteraciones oculares que se han
producido en la fase activa. Para tratar esta condición es común la
administración de lágrimas artificiales y pomadas para mantener la
humedad del ojo. En los casos de inflamaciones oculares activas que
afecten la visión, la medicación puede incluir dosis de cortisona.
Una vez que la fase activa ha pasado, los ojos pueden volver a la
normalidad, sin embargo aquellos pacientes que siguen manifestando
glóbulos oculares sobresalidos, visión doble o fijación de la
mirada pueden requerir de cirugía correctiva. La enfermedad ocular
puede continuar progresando incluso después de tratar y normalizarse
los niveles hormonales, por ello es necesario seguir realizando
controles oftalmológicos para monitorear su evolución y garantizar
una adecuada salud visual.
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