EN QUÉ CONSISTE UNA REVISIÓN OFTALMOLÓGICA
Una exploración oftalmológica completo depende de múltiples factores, como la edad, la fecha de la última revisión, los antecedentes familiares o la presencia de otras enfermedades. Por lo tanto la visita que realizará el oftalmólogo consiste en una exploración básica, que será similar en la mayoría de ocasiones, y una exploración complementaria que podrá variar según cada situación. Algunas de las pruebas no las realiza el oftalmólogo, sino un técnico o una enfermera especializada, que informarán de los resultados al médico. Los apartados más importantes de una revisión oftalmológica son:
HISTORIAL MÉDICO
Durante
la exploración inicial debe explicar su historial médico y
familiar. Esto puede incluir preguntas sobre su salud general,
alergias, medicación y cirugías o enfermedades oculares pasadas. Es
fundamental que el paciente colabore con el médico, ya que si se
omite alguna información que pudiera ser importante, puede ocasionar
errores diagnósticos y terapéuticos. La legislación española
considera que el paciente tiene la obligación de facilitar toda la
información que solicite su médico para establecer un enfoque
correcto de la enfermedad.
AGUDEZA VISUAL
La
agudeza visual es la cantidad de visión que disponemos para enfocar
y percibir de forma consciente, los detalles de los objetos que
miramos. Se
determina mediante la visualización de figuras o letras de tamaños
diferentes. La visión central viene determinada por la capacidad de
leer la línea más pequeña a una determinada distancia,
generalmente 5 metros para la visión lejana y 30 cm para la visión
próxima. El test de agudeza visual puede hacerse con o sin gafas.
La
agudeza visual puede no ser la misma en ambos ojos. Una alteración
en uno de los ojos puede pasar desapercibida durante muchos años, ya
que el ojo con visión normal conseguía una agudeza binocular
correcta. Circunstancias como estas se ponen de manifiesto en una
revisión rutinaria del óptico o del oftalmólogo.
Los
pacientes que utilizan gafas deben realizar controles periódicos
para ajustar la graduación. Con el paso del tiempo es frecuente que
la potencia de los defectos
refractivos: miopía, hipermetropía y astigmatismo,
cambien la potencia las dioptrías. Es recomendable realizar un
control de la graduación cada 1 o 2 años, pudiendo variar en cada
caso y según la indicación del oftalmólogo.
EXPLORACIÓN DE LOS PÁRPADOS
Su
oftalmólogo determina la salud de sus párpados, glándulas
lagrimales y el sistema de drenaje lagrimal. Estas estructuras tienen
una función básica para el normal funcionamiento de los ojos. La
exploración consiste en determinar
la anatomía y motilidad palpebral, así como la cantidad de lagrima
que segrega el ojo, cómo lubrifica la superficie anterior del globo
ocular y la evacuación de la lagrima a través de los puntos
lagrimales,
confirmando que no existe ninguna resistencia.
Diversas
enfermedades sistémicas como procesos reumáticos, hipertiroidismo,
etc., pueden causar trastornos en párpados y fluídica de la
lagrima.
EXPLORACIÓN DE LOS MÚSCULOS DEL OJO
Los
ojos pueden moverse rápidamente y con mayor precisión que cualquier
otra parte de su organismo. La
observación del movimiento de sus ojos puede revelar alteraciones de
la posición o falta de paralelismo, revelando problemas de
coordinación o neurológicos. El
movimiento normal de los ojos depende de la actividad sincronizada de
12 músculos que rodean los ojos, es la musculatura extrínseca.
Los
músculos intrínsecos del ojo controlan el diámetro de la pupila.
Estos músculos son evaluados observando la respuesta pupilar a la
luz, contracción o miosis y dilatación o midriasis. Una respuesta
anormal de la pupila puede indicar una alteración neurológica
grave.
TONOMETRÍA
Uno
de los aspectos más importantes de los ojos es la presión
intraocular.
La prueba que utilizamos para su determinación se denomina
tonometría, y se utiliza un instrumento específico, el tonómetro.
El tonómetro se aproxima hasta contactar ligeramente la superficie
de la córnea para medir la presión del ojo mediante la lectura de
la fuerza aplicada para aplanar un área determinada de la córnea.
Como la córnea es extremadamente sensible, su oftalmólogo utilizará
unas gotas anestésicas para que no le moleste.
Actualmente
disponemos de métodos que pueden determinar la presión ocular sin
necesidad de contactar con el ojo, eliminando los inconvenientes que
esto supone. Se realiza mediante la proyección de un chorro de aire,
es lo que conocemos como pneumotonometría. La presión del ojo
oscila entre 14 y 20 mm de Hg., con un valor medio de 16 mm Hg. Por
encima o por debajo del rango normal, pueden aparecer problemas
graves, como el glaucoma,
ocasionando pérdidas de visión que pueden acabar en una ceguera
irreversible.
EXPLORACIÓN CON LÁMPARA DE HENDIDURA
Esta
exploración consiste en proyectar un haz de luz estrecho sobre el
ojo. La luz penetra en el interior del globo, “cortando” los
tejidos transparentes, hasta la retina. El oftalmólogo, colocado
delante y con la ayuda de un microscopio, visualiza
las estructuras del ojo: la córnea, el iris, el cristalino y el
vítreo.
Con la lámpara de hendidura se puede detectar una catarata antes
de que empiece a afectar la visión.
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